Divorcio: Cómo afectará su hipoteca

Divorcio: Cómo afectará su hipoteca

Desafortunadamente, usted puede divorciarse de su cónyuge, pero no puede hacerlo de su hipoteca. Lidiar con una hipoteca compartida, y por lo tanto una deuda conjunta, puede ser una de las cosas más fastidiosas cuando se trata de un divorcio. Durante el proceso de divorcio, las parejas casadas o socios de derecho consuetudinario se dividirán sus activos y sus pasivos, es decir, sus deudas. Una hipoteca es típicamente la más grande de sus deudas y tiene que ser tratada de una manera razonable, incluso cuando hay tensiones en el hogar. Su divorcio no es problema de su prestamista, así que si usted quiere que las cosas sucedan sin problemas al dividir su hipoteca, es mejor dejar atrás los problemas personales hasta que pase este proceso de separación.

A menudo, al comprar su primera casa o propiedad, muchas parejas casadas o de derecho común no piensan en las consecuencias de tratar con un préstamo conjunto, al no tener en cuenta que la relación puede terminar. Si usted y su pareja se encuentran en una situación similar, el artículo siguiente le proporcionará algo de información sobre cómo dividir su hipoteca conjunta para que ambas partes terminen satisfechas.

Averigüe el valor de su casa

La primera cosa que usted y su cónyuge deben hacer, antes de tratar de repartir tanto sus propiedades personales como su hipoteca, es tener una idea de lo que la casa vale en el mercado de bienes raíces. Como su hogar probablemente será lo más costoso, y por lo tanto la propiedad más valiosa que usted posee, puede ser difícil de dividir de una manera justa. Una cosa que puede hacer para obtener un valor real de la casa es contratar a un agente de bienes raíces o a un tasador de bienes raíces. Ellos evaluarán su casa y le informarán sobre cualquier problema que haga que la propiedad caiga o suba en valor.

Una vez que su casa ha sido evaluada, puede deducir la deuda hipotecaria actual que todavía debe de la estimación que el agente de bienes raíces o tasador le ha dado. Esto debería dejarle con cuánto vale la casa, o cuánta equidad tiene. Tenga en cuenta que tanto usted como su pareja seguirán siendo los únicos responsables de tratar con la hipoteca a menos que logre vender la casa, o si decide refinanciarla. Si ninguna de estas opciones es posible, asegúrese de buscar otras soluciones.

Posibles soluciones

Vender su casa

La manera más simple de dividir su hipoteca sería conseguir que la casa se venda. En este caso, una pareja puede deshacerse de la propiedad inmediatamente, y luego dedicar el resto de su tiempo a pagar lo que queda de la hipoteca, antes de tratar con los otros aspectos de la separación. Esto le ahorrará el que tenga que ocuparse de intereses acumulados, y eso sin mencionar la tensión. No hay necesidad de arrastrar el proceso por más tiempo del necesario.

En algunos casos, la casa podría valer menos que la hipoteca adeudada. En ese caso puede listar la casa como una “venta corta”, venderla por todo lo que pueda obtener y usar los fondos para financiar parte de su hipoteca (lea este artículo para obtener más información sobre ventas cortas). Si bien es probable que esto tenga consecuencias para sus calificaciones de crédito, una venta corta puede ser más beneficiosa para usted que retener su hipoteca. Dependiendo de la situación, durante una venta corta, su banco puede incluso permitirle no tener que pagar lo que queda de la hipoteca.

Cualquiera sea la situación, si una separación o divorcio está entre las posibilidades, lo mejor es no esperar para poner su casa en venta. Deje a un lado sus problemas personales, y tómese el tiempo que necesita para vender su propiedad por tanto como posiblemente pueda obtener. Después de todo, la venta de su casa en el último minuto podría resultar en obtener mucho menos de lo que esperaba, o de lo que realmente vale.

Refinanciación de su hogar

Otra posible opción, cuando se trata de dividir su hipoteca, sería refinanciarla para que se convierta en la responsabilidad de un cónyuge en lugar de ambos. Si bien esta es una opción fácil y eficaz, también puede ser caro para el cónyuge que transfiere la hipoteca a su nombre. Si bien ese cónyuge recibe la casa, también adquiere una serie de costos adicionales al tener que modificar la hipoteca. Tener su hipoteca refinanciada significará tener que pagar honorarios legales, así como un honorario de tasación. Su prestamista puede incluso cargarle costos por dejarle la hipoteca. Así que, aunque la refinanciación de su casa podría sonar como una mejor opción, recuerde que viene con costos adicionales. Como su divorcio probablemente será caro tal cual es, vea que tenga suficientes fondos adicionales para hacer frente a la refinanciación de su casa, si eso es lo que está planeando hacer.

Asegúrese de considerar esto: dependiendo de su situación, la refinanciación no es necesariamente la mejor opción. El cónyuge que se está aferrando a la propiedad tiene que cumplir con los estándares específicos que demostrarán que él o ella puede lidiar con el resto de la hipoteca por sí mismo(a):

  • Antes de separarse, los cónyuges tienen que estar al día con los pagos hipotecarios actuales (es decir, todos los pagos han sido y van a ser puntuales).
  • Calificar para la refinanciación requiere al menos que uno de los cónyuges tenga un historial de crédito y puntuación favorable, así como un sólido ingreso.
  • Uno de los cónyuges debe aceptar traspasar la casa a su pareja.

Tenemos que mencionar de nuevo que la refinanciación podría no ser la mejor solución, debido a estas normas impositivas. Además de esto, el mantenimiento de la casa puede convertirse en un problema, ya que a menudo es difícil para una persona hacer frente a todo el mantenimiento por sí misma. Asegúrese de considerar de antemano de que podría ser un problema serio lidiar con estos asuntos, con sus ingresos y por sí solo. Si éste es el caso, la refinanciación definitivamente no es una buena idea.

Quedarse con la casa, con los nombres de ambos esposos en la hipoteca

En el caso de una separación o divorcio, cuando una pareja está teniendo problemas para ponerse de acuerdo en una solución, y no pueden conseguir vender la casa, o refinanciarla, ambos nombres pueden permanecer en el contrato de la hipoteca, mientras que uno de los cónyuges decide salirse. Por lo general, esta solución sólo debe producirse si no hay otra opción. Es la opción menos beneficiosa para ambos cónyuges, ya que sus pagos de hipoteca y otros costos asociados con su casa deben ser declarados al solicitar préstamos u otro crédito en el futuro. Por lo tanto, hacer esto puede impedir que uno o ambos cónyuges adquieran otra hipoteca, llegando a ser algo financieramente problemático.

La responsabilidad es clave

Una separación o divorcio puede ser un período extremadamente difícil y doloroso en su vida. Sin embargo, es crucial tener su situación financiera en orden, ya que le beneficiará en el futuro para mantener un informe de crédito sólido. Sea cual sea la solución a su hipoteca conjunta, lo mejor es mantenerse al día con sus pagos y asegúrese de que siempre se hacen a tiempo y en su totalidad. Esto asegurará que su puntaje de crédito sigue siendo positivo. Cuando se trata de dividir su hipoteca, ser financieramente responsable durante su divorcio le ayudará a obtener las soluciones más favorables.


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